UNIDADES MENORES:
Según el análisis presentado a continuación, el cuento posee
9 unidades menores.
En la primera unidad, la narración es lenta, y se limita a
la descripción de aquella mañana “como todas”; y hay un elemento imprescindible
en el momento de la “relectura”: es la comunicación que Cortázar nos hace directamente “-porque para sí mismo, para irlo pensando, no tenía nombre-“.al
referirse a la moto, que ronroneaba bajo nuestro protagonista. Incluyo en esta
unidad también el accidente, que también es un desencadenador clave en la
historia como lo veremos más adelante. La ubicación espacial puede ser descrita
como buenos aires, al decir que pasa por el ministerio rosa (la casa rosada).
El protagonista choca la moto contra una mujer, la cual sale ilesa. La
culminación de esta unidad es un desmayo súbito.
En la segunda unidad, el accidente desencadena las lesiones
en nuestro protagonista: una fractura en su brazo derecho, una lesión en una
rodilla, un corte en una ceja.
Lo llevan entre 4 personas a la clínica, y la mujer sale
ilesa. El protagonista se proyecta una cálida estadía en el hospital, donde
siente malestares, y se prepara para la operación (con bisturí, sujetada por el
cirujano en la mano derecha)
El protagonista, en nuestra tercera unidad menor, “duerme”,
siendo un sueño extraño, donde percibe olores (de manera similar, percibe
olores a hospital en la segunda unidad menor). Es un moteca, escapando de la
persecución religiosa que efectúan los aztecas contra su pueblo. Siente el olor
a guerra, y su plan es internarse en la selva para evitar ser sacrificado.
En la cuarta unidad, nos transportamos de nuevo al hospital,
donde siente sed, atribuye aquella visión onírica a la fiebre, y se concentra
en el ambiente del hospital y de cómo recibe tratamiento para sus lesiones.
Cabe destacar en esta unidad que es capaz de saborear un caldo que le tras la
enfermera.
En la quinta unidad, regresamos a los tiempos precolombinos:
la persecución continúa y nuestro protagonista es atacado, respondiendo con una
puñalada en el pecho, que lo transporta a la sexta unidad de sentido: el
protagonista despierta en el hospital.
Bebe agua mineral, y recuerda el accidente. Se enfurece de
no recordar lo que sucede entre el accidente y cuando lo llevan alzado, y
empieza a cuestionarse sobre esta realidad, mientras intenta conciliar el
sueño.
En la séptima unidad menor de sentido, aparece de espaldas,
“boca arriba”, prisionero, y listo para ser sacrificado. Esta atado, e intenta zafarse
usando su brazo derecho, que le duele, de forma similar al accidente de
motocicleta. Lo cargan 4 aztecas, llevándolo a la piedra donde ha de ser
sacrificado. Ya no posee el amuleto al cual daba sus oraciones, y siente que
todo está perdido.
En la octava unidad menor, en el hospital, busca el agua, la
cual no alcanza, y podríamos relacionarla con el amuleto. En esta unidad se
mezclan las 2 historias, y es difícil distinguir realidad de fantasía.
La novena unidad menor cobra importancia por la distinción
entre realidad y fantasía: es el indio el que sueña el accidente, y sueña estar
en el hospital, y ahora aquella pesadilla es la realidad que está a punto de
suceder: es sacrificado, de manera similar al sueño, el verdugo aprieta un
cuchillo en la mano derecha.
UNIDADES INTERMEDIAS DE SENTIDO:
Podríamos distinguir entre estas 2 historias paralelas, que
son sólo relacionadas por aquellos sucesos repetitivos y similares que aparecen
en una y otra historia: el dolor del brazo derecho, el cuchillo, la
inmovilidad, las personas que lo mueven.
También se pueden distinguir los cambios narrativos que hay
entre la segunda y la tercera unidad menor de sentido, donde el cuento se hace
más misterioso, en la primera imagen del moteca.
En el último párrafo, se desencadenan las 2 historias, y hay
un cambio interpretativo que estaba camuflado a lo largo de la historia,
confundida entre realidad y sueño, con argumentos como las sensaciones en los
sueños y la racionalidad lógica a la que estamos acostumbrados.
UNIDAD MAYOR DE SENTIDO:
El personaje protagonista, se debate entre la realidad y el
sueño, es un moteca, perseguido y capturado, con visiones oníricas futuristas
que él tampoco comprende muy bien (como aparece en la primera unidad menor, que
desconoce el nombre de aquella maquina donde recorre la ciudad), sueña con una
realidad alterna, donde no hace parte de un sacrificio religioso azteca por la
continuidad del sol, sino él es el que se sacrifica para salvar a una mujer,
donde aquella persona que sostiene el cuchillo quiere ayudarlo, y donde
predice, siente, lo que le va a suceder en poco tiempo: sueña con aquellos
dolores y sensaciones que pronto sucederán, y se convence de aquel sueño
ficticio para escapar del lugar donde está condenado.
El personaje está tan convencido de aquella otra realidad,
que intenta desesperadamente escapar de aquella pesadilla real que está
sufriendo, incluso, llegando a pasar elementos propios de la realidad, como son
los olores y los sabores, a aquel sueño en el hospital donde saborea un caldo y
toma agua mineral para bajarse la fiebre. Pero sigue conectado a la cruda
realidad por el malestar, la nausea, el dolor, y aquella posición, siempre boca
arriba.
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