La música se entiende hoy en día como
algo intrínseco en la sociedad, como algo que nos diferencia y como una forma
de expresar nuestros sentimientos tanto como de enaltecer nuestra herencia
cultural. Sin embargo, no siempre fue así. Hoy en día gracias a los avances
tecnológicos tenemos los medios para llegar a múltiples oyentes, dejar
partituras inmortalizadas en internet, y escuchar música de distintas épocas y
partes del mundo; algo que hace 500 años ni siquiera Enrique VII[1]
con todo su poder pudo tan siquiera haber imaginado.
Si vemos la música de manera simplista
como un medio de comunicación, utiliza varios de los canales más importantes
que se tienen actualmente, tales como la radio, la televisión, el internet y los
conciertos. Muchos de estos medios ofrecen difusión gratuita, y se presentan
como una gran oportunidad para transmitir mensajes con un objetivo específico,
entre ellos, el bienestar social.
Sin embargo, dado que el medio se
encuentra abierto a todo tipo de personas, el mensaje es tan diverso como
abundante, y la aceptación por parte del oyente es fundamental para que el
mensaje se extienda.
En México, por ejemplo, la violencia y
el narcotráfico generaron los narco corridos que generaron aceptación entre los
miembros de estas bandas, exaltando al narcotraficante como un héroe. Este
género tuvo tal aceptación que el gobierno tuvo que intervenir para procurar
evitar que este tipo propaganda narcotraficante adhiriera nuevos oyentes a las
bandas y la relación entre este tipo de música en la radio con la ola de
violencia que sufre este país (1).
Como iniciativa para combatir la
violencia y la música asociada a la violencia, se ha tratado de implementar la
música clásica como instrumento de cambio para algunos de los niños de los
barrios más violentos de México (2), no sólo para
desestimar la aceptación del mensaje violento propagado por los corridos y la
música popular, sino también para mostrar que ellos también están en capacidad
de transmitir su propio mensaje a través de la música, y de generar un sentido
de pertenencia al ser miembros de una banda musical y no una banda criminal.
La Universidad Autónoma de Barcelona
presentó unos cuadernos de educación que pretenden utilizar la música como
instrumento de educación para la paz donde por medio de distintas piezas
musicales se intenta transmitir emociones y conceptos sobre la guerra y la paz (3). Se hace referencia
también a bandas que se han identificado a sí mismas como en contra de la
violencia (como ejemplos John Lennon, REM, U2, etc.) que pueden transmitir un
mensaje muy poderoso y llegar a un público muy amplio; y que logra desplazar
las condiciones de violencia que se viven y se transmiten en los ambientes del
narcotráfico.
La música como instrumento de paz
también ha sido implementada en países de áfrica donde la violencia y las
condiciones extremas de pobreza se han convertido en una oportunidad para
ofrecer todo tipo de ayudas, entre ellas el acceso a la música (que en otros
lugares del mundo damos por hecho) a través de instrumentos y la posibilidad de
aprender a tocarlos (4). Dicha organización busca
la construcción de escuelas de música, la donación de instrumentos y
partituras, y el uso de conciertos que aseguren la tradición musical de dichos
países, y como una forma alternativa a la violencia para dar su mensaje.
La música como difusora de mensajes
del público negro, joven, o marginado la hacen una herramienta que es capaz de
acentuar los pensamientos de dichos grupos, que pueden influenciar decisiones
importantes en contra de la violencia, a una escala mucho mayor que la simple
transmisión del mensaje.
Si tomamos como ejemplo la
interpretación de Jimi Hendrix del himno nacional estadounidense, “The Star Sprangled Banner” en Woodstock,
1969[2],
se puede identificar una connotación social típica del momento, donde la
propaganda en contra de la guerra de Vietnam daba resultados entre los
movimientos de los jóvenes. Resulta interesante como a través de la distorsión
de la guitarra, la afinación modificada y pedales de efectos no solo modifican
la melodía creada 180 años antes, sino también el significado y la letra del
poema, donde ya no se ve gloria en la victoria de la defensa de la patria y los
valientes soldados del fuerte M’Henry, sino una distorsión de dichos ideales,
unos objetivos militares desafinados, y unas políticas que no identificaban al
movimiento joven que representaba Jimi Hendrix.
Se puede considerar dicha
interpretación un éxito, y como uno de los factores que terminaron con el
retiro estadounidense de Vietnam.
Movimientos musicales como el Jazz,
Blues, Soul, R&B, surgieron también de herencias culturales (sobre todo de
música negra) en un ambiente donde el racismo y la discriminación trataban de
preservar las costumbres blancas, una música culta que exacerbara los valores
tradicionales, y que a la vez trataba de distanciar todo lo diferente,
especialmente por el color de la piel.
Fue entonces que la música (se podría
decir, en sus inicios puramente underground)
de estos grupos no es solo una rebeldía desde el punto de vista que va en
contra de lo que se considera tradicional en los valores y la sociedad
predominantemente blanca, sino también con una estructura musical diferente,
métricas distorsionadas y en general melodías que tampoco eran socialmente aceptables,
y que hoy en día incluso han generado una división en la música, con grupos de
músicos clásicos que se atreven a preguntar sobre la validez del jazz como
estilo musical, considerándolo como un genero inferior (4). Esto arraigado
desde antes de la edad media, donde la música culta era reservada para la
nobleza, y cualquier intento musical diferente carecía de validez, y el total
irrespeto hacia las herencias y diferencias culturales de otros grupos.
El simple hecho de conocer los
fundamentos matemáticos para la creación de un instrumento musical, o entender
una partitura aumentaban la brecha social entre los que tenían acceso a la
música y los que no.
Los avances tecnológicos, el sistema
comercial y el desarrollo industrial acelerado han afectado también a la
música, usualmente, disminuyendo esta brecha social.
Comparativamente, en el siglo XII-XIII
donde florece el barroco, tiene gran relación con el contexto social donde
aparece. Los grandes y poderosos monarcas como una manifestación más de su
poder, hacen del músico un sirviente, y de las mejores piezas musicales otra
diferenciación social con las demás clases de la época: no olvidemos que dicha
música fue conocida como la música culta, reservada solo para las más altas
clases económicas y sociales.
Hoy en día el asunto no podría ser más
distante, ya que desde el fonógrafo de Edison inventado en 1877 (4), no se necesitaba de
un músico y un instrumento para reproducir una pieza musical, reemplazándolo
por un tambor o disco que permitía reproducir varias veces una pieza musical en
dicho aparato.
Esto representa un cambio muy
importante en la manera como vivimos la música. El ser humano siempre ha tenido
la necesidad de trascender a la muerte y dejar algo a las generaciones futuras.
La única forma de preservar una melodía fue por mucho tiempo similar a las
historias de tradición oral, sin ningún registro sobre ellas. El epitafio de
Sícilo, la pieza musical más antigua de la que se tiene registro, utiliza distintos símbolos que deben ser
interpretados como notas musicales, lo que la convierte también en la partitura
más antigua que se conoce (5). Hoy en día, además
de disponer de partituras (que necesitan ser interpretadas) la música se ha
integrado en todos los niveles y aspectos de la sociedad mediante los medios
para grabar y reproducir piezas musicales sin necesidad de intérpretes,
transmitidas de manera gratuita por el aire (radio), que hacen que hoy podamos
vivir sin conocer instrumentos musicales pero estemos completamente inmersos en
la música.
Sin embargo, el libre acceso a la
música que se ha promovido en los últimos años, por causas tanto tecnológicas
como sociales y culturales está lejos de ser vista como una herramienta de paz
o de promoción cultural. El sentido artístico de la música ha sido estudiado
durante muchos años, y aún no tenemos la capacidad de decir a ciencia cierta si
una pieza musical es más artística que otra, o la relevancia que tiene en
nuestra sociedad de acuerdo al mensaje que trata de promover. Lo que sí se
puede identificar es que los grandes músicos de la historia han tenido mensajes
muy claros sobre los sentimientos más profundos del ser humano.
Si tomamos como ejemplo el movimiento
grunge y la historia de Nirvana, las melodías sencillas junto con coros
depresivos y letras melancólicas, identificaron (e identifican aún actualmente)
a un gran número de jóvenes, y que fue recibido como un mensaje que no era
bueno para aquellos jóvenes, que le daba poder a la rebeldía y que mostraba el
suicidio como una salida a todas las situaciones depresivas que Kurt ponía en
su música.
Para esa época, la música atravesaba
otro momento difícil: grupos religiosos emprendieron una cruzada para acabar
con todo tipo de música que estuviera en desacuerdo con los “ideales y valores
de la iglesia cristiana” creando todo tipo de acusaciones contra grupos como
Judas Priest o Marilyn Manson.
Sin embargo, estos intentos
fracasaron. En el juicio de 1997 en contra de Marylin Manson por el suicidio de
un joven, de acuerdo a su padre por las
“letras de la canción que contribuyeron a la muerte de mi hijo” (8) y acusado de
influenciar en la tragedia de Columbine. En palabras de Manson:
“America loves to find an icon to hang its guilt on.
But, admittedly, I have assumed the role of Antichrist(…)I'm a controversial
artist, one who dares to have an opinion and bothers to create music and videos
that challenge people's ideas in a world that is watered-down and hollow. In my
work I examine the America we live in, and I've always tried to show people
that the devil we blame our atrocities on is really just each one of us.” (9)
La música siempre será una expresión
de los sentimientos del ser humano. El desarrollo de programas sociales
inclusivos y la facilidad con la que se realizan piezas musicales hoy en día
son fuerzas que han cambiado la forma como se patrocinan las capacidades
musicales y la forma de ver la música (antes reservada solo para la nobleza) lo
que indudablemente vuelve la música un ser cambiante, multicultural y
pluralista; donde es fácil encontrar confrontaciones culturales y sociales que
se expresan a favor o en contra de los prejuicios que existían incluso hace 100
y 50 años. No todos tienen la capacidad de producir piezas musicales pero si de
escucharlas y sentir su mensaje, para estar de acuerdo o en desacuerdo con los
paradigmas sociales y sentirse identificado con otras personas que piensan de
manera similar, al menos musicalmente.
REFERENCIAS
1. Revista
Semana. www.semana.com. Corridos Prohibidos: lo que sólo se dice
cantando. [En línea]
http://www.semana.com/entretenimiento/articulo/corridos-prohibidos-solo-dice-cantando/119024-3.
2. Noticias MundoFox. Musica clasica instrumento de
cambio social. MundoFOX. [En línea] http://www.mundofox.com/noticias/musica-clasica-instrumento-de-cambio-social-7549.
3. Alba Sanfeliu Bardia, Marina Caireta Sampere. La
música como instrumento de educación para la paz. Bellaterra
(Barcelona) : Universidad Autonoma de Barcelona, 2005.
4. Instruments of Peace. Instruments of Peace. Our Mission. [En línea]
http://instrumentsofpeace.com/.
5. Lewis, John. Make it up as you go along. The Guardian. 2008.
6. Educar.org. El fonógrafo. [En línea]
http://www.educar.org/inventos/fonografo.asp.
7. Find a Grave Memorial. Seikilos Epitaph. [En
línea] http://www.findagrave.com/cgi-bin/fg.cgi?page=gr&GRid=88882228.
8. library, The free. FATHER TELLS SENATORS ROCK
GROUP'S LYRICS LED TO SON'S SUICIDE. Daily News. 1997.
9. Manson, Marilyn. Columbine: Whose Fault Is It? . 1999.